Son muchos los trabajadores que utilizan su propio vehículo para desplazamientos relacionados con su actividad profesional. Esto genera una serie de gastos que la empresa compensa con el pago del kilometraje. Pero saber qué gastos exactamente están incluidos en este kilometraje es una duda habitual, que te ayudamos a resolver en este artículo.
El kilometraje está destinado a cubrir el desgaste y consumo que el vehículo genere durante un desplazamiento de tipo profesional. El primer gasto a tener en cuenta es seguramente el más obvio: el combustible, que representa la parte más importante del gasto generado.
El desgaste del coche es otro gasto a tener en cuenta. Esto engloba varios aspectos: el desgaste de los neumáticos y de las piezas mecánicas, el aceite, etc. O sea, cualquier elemento del coche que se vaya consumiendo o usando.
Otro gasto importante es el seguro. El kilometraje tiene que cubrir la parte proporcional del precio del seguro, sobre todo teniendo en cuenta las implicaciones legales en caso de accidente. También se tiene que tener en cuenta la parte proporcional de los impuestos relacionado con el vehículo, como el de matriculación o circulación.
¿Y qué no incluye el kilometraje?
Hay otros gastos que no están incluidos en el precio del kilometraje. Por ejemplo, las multas que reciba el conductor mientras realiza el desplazamiento, ya sea de tráfico o de aparcamiento. Obviamente, es el trabajador quién tiene la responsabilidad de esas multas, y quién tiene que pagarlas. Además, en caso de recibir una multa de tráfico de un vehículo de empresa, la compañía está obligada a identificar al conductor, que recibirá directamente la multa.
Otros gastos como los peajes tampoco están incluidos en el kilometraje. Cuidado, esto no significa que la empresa no tiene que compensarlos. Simplemente es que se trata de otro tipo de gastos, que el trabajador tendrá que incluir en su nota de gastos según las políticas de la empresa (importes, justificantes, etc.). Lo mismo ocurre con el aparcamiento, a pesar de no formar parte del kilometraje, la empresa puede compensarlo tras presentar un informe de gastos.
Finalmente, cabe destacar que el precio del kilometraje no está regulado en España, por lo que dependerá del criterio de la empresa y de sus políticas de gastos. Lo que sí está regulado es la cotización y retención de estos pagos. Existe un máximo, que en 2017 ha sido de 0,19€ por kilómetro, que están exentos de tributación. Si la empresa paga un precio por kilómetro superior a este, cotizará el exceso. Por ejemplo, en caso de pagar 0,26€/km, cotizará 0,07€/km.