En nuestros genes se encuentran las ganas de progresar. Nos marcamos objetivos y luchamos para conseguir hacerlos realidad. Éstos suelen ser cada vez más ambiciosos y apuntan hacia el éxito. Unas personas los consiguen y otros no. ¿Por qué? ¿Suerte?
Como dijo Schopenhauer, “el destino es el que baraja las cartas, pero nosotros los que las jugamos.”
A continuación te presentamos los pasos a seguir para conseguir ascender en tu puesto de trabajo.
- Muestra todo tu potencial. Aprende, sé constante, muéstrate disponible, proactivo, y demuestra que no hay nadie mejor que tú para desempeñar ese trabajo. Este es el primer paso para que se te valore. Sin ello no podrás ascender, nadie regala nada.
- Da a conocer tu trabajo. Por muy bien que trabajes, si nadie lo ve es como si no existiera. Sin ser pesado, intenta que tu trabajo sea visible. Ten buena relación con tus superiores, y cuando te sientas especialmente orgulloso de algún trabajo o logro pide que le echen un vistazo. Pero recuerda, sin que parezca que quieres llamar la atención ni ser un “pelota”. Cordialidad y profesionalidad ante todo.
- Ten un buen trato con tu jefe. Ante todo somos personas y una buena relación te ayudará a aprender más, enterarte de posibles promociones internas o de nuevas necesidades por cubrir que pueden ser de tu interés.
- Ten buena relación con tus compañeros. Sé una persona amable, afable y ayuda en lo que te sea posible a tus compañeros. Como ya sabemos, hoy en día el networking tiene gran poder, así que no olvides fomentarlo también en tu trabajo: no sabes quién puede tener la llave y darte un empujón. Asiste a los afterworks y otros acontecimientos que se realicen.
- Insinúa que te gustaría superarte profesionalmente. De forma sutil, comenta con tus compañeros que te gustaría tener más responsabilidades dentro de la empresa. Evita dar razones económicas.
- Proactividad. Si detectas que tu trabajo se puede hacer mejor aplicando alguna novedad en el modo de proceder, etc., coméntalo con tu superior. Eso siempre te aportará valor.
A por todas y recuerda, como dice un proverbio indio, “mientras rezas… mueve los pies”.
