Todas las empresas sueñan con reducir y optimizar costes, para mejorar su eficiencia. En el caso de de los gastos en business travel, puede haber una gran diferencia entre una gestión mediocre y una gestión excelente. Y esto es especialmente importante en el caso de las pymes, que no suelen disponer de un travel manager profesional que se ocupe de estas gestiones, ni de los servicios de alguna agencia especializada. Pero conseguir vuelos buenos y baratos para los desplazamientos profesionales por internet no siempre es fácil. ¿Cómo lograrlo? Aquí tienes unas pistas que te ayudarán.
Cuando se reservan vuelos, la anticipación es clave. Pero no solamente en la compra del vuelo, sino también en su planificación. Sobre todo cuando se trata de desplazamientos internacionales, hay que tener en cuenta posibles fechas festivas, celebraciones y eventos que puedan provocar un aumento de afluencia, y por lo tanto, más gente comprando vuelos, con un aumento evidente de las tarifas. Así, siempre es preferible mirar un calendario local de festividades e intentar planificar en la medida de los posible el trabajo para desplazarse fuera de estas temporadas altas.
Cuidado, no todas las compañías tienen variaciones de precio en función de la anticipación cuando se trata de clase business. Además, el momento de realizar la compra también puede ser influyente. Buscar un vuelo en fin de semana suele salir más caro que si se busca entre semana ya que hay más gente, tanto profesionales como particulares, que buscan durante los días de fiesta, y eso puede hacer aumentar los precios. Normalmente, los mejores días suelen ser el martes y el jueves, sobre todo temprano de mañana.
Una de las desventajas de comprar un vuelo con anticipación es que es más fácil que surja algún contratiempo y que el viaje se tenga que anular. Y eso es todavía más evidente con viajes profesionales. Así pues, la mayoría de las veces un seguro por cancelación no es un gasto, sino una inversión.
La flexibilidad también puede ser una ventaja. A veces, vale más la pena coger el vuelo un día antes y pasar la noche en un hotel, que pagar el “precio fuerte” de un día especialmente buscado.