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Historias de fraude interno: ocultar servicios

Fraude interno timer 3 min.
Dan Moser

Los cargos por servicios opcionales contratados durante el alojamiento en un hotel suelen quedar escondidos en la factura. Esto ofrece un resquicio que puede aprovecharse para fraude interno. Se trata, normalmente, de pequeños lujos: acceso a la piscina, consumiciones del minibar, servicios de televisión de pago, masajes...

Había sido un largo día de trabajo. De hecho, desde que había llegado a Gijón hacía un par de días, el ritmo había sido frenético. Tenía una buena cartera de clientes en la ciudad, y como no estaba precisamente al lado de Madrid, cuando viajaba aprovechaba para visitar al máximo posible.

Se había levantado a las 6, de hecho fue el primero en llegar al comedor del hotel para desayunar. Había comido algo en 10 minutos,
se había tomado dos pertinentes tazas de café y había cogido un taxi hacia el centro de la ciudad para su primera reunión.

Fraude interno ocultar servicios

El día había ido razonablemente bien, un par de visitas por la mañana, comida de negocios con un distribuidor local y más visitas por la tarde. A las 10 de la noche volvía hacia su hotel, después de haberse tomado una frugal y solitaria cena a base de tapas en un bar. Llegó sin ánimos de nada a su habitación, se deshizo de zapatos, americana, camisa y corbata y se tiró en la cama.

Manoteó para alcanzar el mando a distancia y conectó el televisor. Los canales fueron pasando de uno en uno: nada, nada, nada... Al final encontró una película que parecía encajar al dedo con lo que necesitaba en ese momento. Acción, explosiones, un malo malo y un bueno bueno; una trama sencilla apta para no tener que pensar demasiado y simplemente dejarse llevar hasta que se le cerrasen los ojos.

Pasaron los minutos. De repente la pantalla se puso negra y apareció el cuadro que decía que debía pagar para seguir viendo la película. ¡Malditos canales de pago de hotel!, cuando empezabas a meterte en lo que estabas viendo te decían que había que pagarlo primero. Era frustrante.

Después del día que había tenido, ¿no se merecía un poco de relax? La verdad, no estaba demasiado seguro de qué decía la política de gastos de la empresa sobre el tema pero tampoco le importaba demasiado en ese momento. Después de una breve vacilación, presionó el botón de ok en el mando. Además, dudaba de que tan siquiera apareciese explicito en la factura. En fin, si alguien se merecía un capricho era él, que se dejaba la salud trabajando para la empresa. De hecho, pensándolo bien, hasta se levantaría para ver qué encontraba en el minibar para acompañar la película...

Nota: este post forma parte de una serie dedicada a historias de fraude en los gastos de empresa. No pretendemos dar una visión negativa: el fraude es un fenómeno minoritario, la inmensa mayoría de trabajadores son honrados con sus gastos de empresa. Sin embargo, el fraude existe y es una fuente de pérdidas para las empresas. Como tal hay que combatirlo.


fraude interno en la empresa

Image(s): FreeDigitalPhotos.net

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